31 octubre, 2009

Pär Lindh y el nuevo Rock Sinfónico

¿Quien es Pär Lindh?

Cuando uno piensa en rock progresivo sueco rápidamente le saltan a uno a la mente Anekdoten, Änglagård y Landberk… seguramente más de uno mencione también a The Flower Kings o Roine Stolt, y los más metaleros seguro pensarán en Opeth y Pain Of Salvation, quizás a alguno también se le escape Samla Mammas Manna, ¿pero cuántos de ustedes pensarían en Pär Lindh? Seguramente muy pocos. Es que la historia ha sido injusta con este asombroso músico. Luego de la debacle progresiva posterior a los años ’70, le llevó mucho tiempo recuperarse plenamente al prog, y esto no ocurrió ni en Inglaterra, ni en Italia, ni en ningún otro país con una tradición progresiva abundante, sino que ocurrió en los países escandinavos, y más específicamente en Suecia. Esta nueva oleada de bandas recreó el sonido sinfónico original en toda su magnitud, agregándole elementos nuevos y toques de frescura, logrando así que el género alcance una segunda época dorada. Lo que poca gente sabe es que Pär Lindh y su proyecto se encuentran en el centro de este movimiento, siendo él en gran parte responsable de este renacer. Esto se debe a que en el año 1991, un grupo de amigos se juntan y fundan “The Art Rock Society” con el propósito de recrear la música que tanto amaban, y es ni más ni menos que Pär Lindh quien asume la jefatura de esta sociedad. Es a través de esta asociación y sus recitales que emergen los ya mencionados Anekdoten, Änglagård y Landberk. Sin embargo la música de este hombre va más allá del rock sinfónico. Cuenta con influencias fácilmente apreciables tanto de la música barroca, gótica y renacentista como del jazz, y esto se debe a la fascinante vida que ha llevado. Su historia musical comienza en el año 1977 cuando forma Antenna Baroque (un grupo de hard rock) y luego en 1979 Vincebus Eruptum (no confundir con el disco de Blue Cheer), un trío de rock sinfónico. Pero el género ya estaba en decadencia, la buena música no tenía lugar en un mundo dominado por el punk, el pop y el disco, y su proyecto fracasa. Transcurren los años y encontramos a nuestro hombre trabajando de organista de iglesia, pianista clásico y baterista, tocando desde el clavicordio hasta el órgano Hammond, y convirtiéndose en un músico de jazz de muchísimo éxito. Pero sus incontables experiencias musicales sólo servían para incrementar su añoranza por la música progresiva. Es así que vuelve en el año 1989 a Suecia decidido a seguir su corazón. Forma la banda Manticore, funda “The Art Rock Society” y revive al prog de sus cenizas. Su música es frecuentemente comparada con Emerson, Lake & Palmer por el sonido clásico, o con Rick Wakeman por el virtuosísmo en los teclados. ¿Cuántas veces hemos escuchado "Suenan como Yes...", "Se parece a King Crimson..."? En un mundo justo en vez de estar comparando al Pär Lindh Project con otras bandas, estaríamos comparando a otras bandas con PLP, ya que esta agrupación se ha ganado un lugar al lado de los grandes de verdad. Ahora, ¿cómo puede ser que una banda que cuenta con la calidad y la historia con la que cuenta Pär Lindh Project, termine pasando tan desapercibida? La verdad que no logro encontrar una respuesta coherente, menos todavía siendo esta banda perteneciente a un género que cuenta con seguidores tan ávidos por digerir nuevas bandas. Más allá de las razones, me niego a hacer oídos sordos. Este post está dedicado a realzar la grandeza de uno de mis músicos predilectos a través de la reseña de uno de sus mejores discos.


Pär Lindh Project – Gothic Impressions (1994)

Pär Lindh se rodea de los mejores músicos de su patria para ayudarlo en este su primer disco, que es tanto para mí como para muchos más, su obra maestra. Entre ellos se encuentran Roine Stolt (Kaipa, The Flower Kings, Transatlantic, The Tangent); cuatro de los miembros de Änglagård, la cual acababa de dejar de existir como tal; la increíble cantante, tecladista y violinista Magdalena Hagberg (que lamentablemente ha pasado a mejor vida) que lo acompañaría posteriormente en todos sus trabajos; el guitarrista Björn Johansson con quien luego sacaría dos discos en colaboración, ambos basados en El Señor de los Anillos; un conjunto coral, y muchos otros. ¿Cómo se hace para juntar lo mejor del virtuosismo musical de Suecia en un mismo proyecto y que éste no se convierta en una batalla por el poder creativo? Fácil, en este disco los músicos, por más buenos que sean, son simplemente invitados, subordinados a la mente creativa de Pär Lindh.
El disco comienza con una atmósfera densa, que nos recuerda a las obras góticas de siglos atrás. Una introducción corta, que rápidamente da paso a “The iconoclast”, un tema donde se mezclan el barroco con el rock con una maestría que pocos poseen. La voz suena rara al principio, parece desafinada, pero en mi opinión tiene el fin de darle a la canción un sonido similar al de los cantos religiosos. La canción llega a su climax, para dar lugar a un instrumental más sereno y terminar en un desenlace disonante. Un muy buen comienzo. La siguiente canción “Green medow lands”, comienza con una hermosa melodía tocada por la flauta y acompañada por el clavicordio, para luego dar paso a una canción tranquila, muy al estilo del King Crimson en su primera etapa. Simplemente genial. Finalmente llegamos a “The cathedral” unao de los mejores temas sinfónicos que he escuchado. Lo tiene absolutamente todo… comienza con un órgano de iglesia entretejiendo melodías clásicas, para dar luego lugar a los demás instrumentos y la voz (un tanto operática por momentos) creando una canción lenta, que va creciendo de a poco. Se desarrolla una obra con sonidos parecidos a ELP, pero que brilla con una luz propia, muy compleja y cambiante. Hay lugar para todo, desde el mejor progresivo hasta la psicodelia y la música clásica se unen en una sola obra, con instrumentales, acústicos, marchas, himnos, solos, cambios de ritmo y todo lo que se les ocurra que pueda entrar en una canción de 20 minutos. La siguiente canción es hermosa, parece transportarnos a la Edad Media. Nos paseamos por el campo, en una hermosa mañana, yendo a la iglesia. La voz de la cantante es increíble, mezclándose con las melodías del clavicordio crean fugas al mejor estilo barroco. Finalmente el disco llega a su última canción, una recreación de una famosa obra de Mussorgsky, la banda logra capturar toda la fuerza y la tragedia, reconstruyendo la esencia misma de la canción, completamente distinta a la original pero manteniéndose respetuosa.
Desde mi punto de vista Pär Lindh logra con este disco alcanzar el top ten de discos de rock sinfónico de la historia. No sólo se conforma con ser el principal responsable del redescubrimiento de este género perdido en el tiempo, sino que además crea una obra maestra dentro del mismo, yendo donde nunca antes nadie había ido, produciendo un disco con un sabor único e irrepetible. Toda persona amante de la música debería tener y adorar este disco.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario